¡POR
FIN LLEGAN LAS VACACIONES!
Durante
el período vacacional quiero que descanséis de tantas tareas, de tanto
ordenador, de tanto Teams y os relajéis. No obstante, os voy a dar unas recomendaciones
para estos días por si estáis aburridos y tenéis ganas de trabajar algo.
LENGUA
Leer
algún libro de los que tengáis en casa, pueden ser cuentos, revistas, novelas,
cómics, etc.
También
podéis realizar dictados y copias, escribir alguna redacción o inventaros un
pequeño cuento.
Este
año se celebra el centenario del nacimiento de Miguel Delibes y, durante el mes
pasado, la Fundación que lleva su nombre, puso en marcha una actividad para que
en los colegios se pinten paredes y muros con dibujos realizados por niños y
que tengan relación con algunas de las obras que escribió.
Nuestro
compañero Germán Delibes ha preparado tres pequeños textos que ha entresacada y
adaptado de las obras de su abuelo y nos ha propuesto que os las mostremos, por
si alguno de vosotros quiere leerlas y hacer un dibujo relacionado con las
mismas. Yo os las dejo aquí y vosotros decidís qué hacer.
EL GATO
Con la lupa de Germán, el Tiñoso, hicieron
aquella mañana toda clase de experiencias. (…) Fue al cruzar el pueblo hacia
sus casas, de regreso de la escuela, cuando vieron el gato de las Guindillas,
enroscado sobre el plato de galletas, en un extremo de la vitrina. El animal
ronroneaba voluptuoso, con su negra y peluda panza expuesta al sol, disfrutando
de las delicias de una cálida temperatura. Al aproximarse a ellos, abrió,
desconfiado, un redondo y terrible ojo verde, pero al constatar la protección
de la luna del escaparate, volvió a cerrarlo y permaneció inmóvil, dulcemente
transpuesto.
Nadie es capaz de señalar el lugar del
cerebro donde se generan las grandes ideas. Ni Daniel, el Mochuelo, podría
decir, sin mentir, en qué recóndito pliegue nació la ocurrencia de interponer
la lupa entre el sol y la negra panza del animal. La idea surgió de él
espontánea y, naturalmente, algo así como fluye el agua de un manantial. Lo
cierto es que durante unos segundos los rayos del Sol convergieron en el cuerpo
del gato formando sobre su negro pelaje un lunar brillante. Los tres amigos
observaban expectantes el proceso físico. Vieron cómo los pelos más
superficiales chisporroteaban sin que el bicho modificara su postura soñolienta
y voluptuosa. El lunar de fuego permanecía inmóvil sobre su oscura panza. De
repente brotó de allí una tenue hebra de humo y el gato de las Guindillas dio,
simultáneamente, un acrobático salto acompañado de rabiosos maullidos:
“¡¡Marramiauuuuuuuu!! ¡¡Miauuuuuuuu!!”.
Los maullidos agudos y lastimeros se
diluían, poco a poco, en el fondo del establecimiento.
Sin acuerdo previo, los tres amigos echaron
a correr, pero la Guindilla fue más rápida que ellos y su rostro descompuesto
asomó a la puerta, antes de que los tres rapaces se perdieran varga abajo. La
guindilla blandía el puño en el aire y lloraba de rabia e impotencia:
- ¡Golfos! ¡Sinvergüenzas!¡Vosotros teníais
que ser! ¡Me habéis chamuscado el gato!¡Os vais a acordar de esto!
(Texto de
la obra “El camino”)
LA GRAJILLA
Una
mañana, cuando Adolfo, en traje de baño, se dirigía hacia la piscina con ella
al hombro, Morris empezó a aletear con cierta torpeza, se afirmó gradualmente
en el aire, tomó altura y se posó en la copa del olmo que sombrea la mesa de
piedra. La reacción de la familia fue semejante a la que suscitan los primeros
pasos de un niño: alegría y estupor. Pero, en seguida, se presentó el dilema:
¿había elegido Morris la libertad y escaparía, o simplemente, era aquello la
prueba de la culminación de su desarrollo?
Confieso que me incliné por lo primero. La abierta curiosidad con que
contemplaba el valle desde su nueva perspectiva, el notorio placer que le
deparaba su balanceo en la ramita del olmo, su indiferencia ante nuestras voces
al pie del árbol parecía indicar que Morris ya no nos necesitaba y que, en lo
sucesivo, podría prescindir de nosotros.
El hecho
de que la grajilla permaneciera durante largo rato en la punta del olmo,
despiojándose, realizando su aseo cotidiano, desinteresada de cuanto sucedía a
su alrededor, me reafirmó en mi opinión. No obstante, al cabo de una hora,
Juan, que solía imitar, al darle de comer, la voz peculiar de estas aves,
remedando los arrumacos maternos, apareció con el cacharrito donde mezclaba el
pienso con agua y moduló un, “quia-quia-quia” aterciopelado, dulce, digno de
enternecer a la grajeta más esquiva. Morris acusó el golpe. Empezó a
inquietarse, amover la cabeza de un lado a otro, y, por primera vez desde que
se encaramó en el árbol, prestó atención a lo que ocurría bajo ella y fijó en
Juan sus ojillos transparentes como abalorios. Mi hijo repitió entonces la
llamada con mayor unción, y, al instante, Morris se lanzó al vacío, desplegó
sus amplias alas negras, desplegó un pequeño círculo alrededor de nuestras
cabezas y fue a posarse blandamente sobre su hombro, al tiempo que reclamaba el
alimento con un “quia-quia-quia” perentorio (…).
(Texto de la obra “Tres pájaros de cuenta”)
LA “VELOX”
Entonces
recordé que, al terminar la cuesta, tras la curva, junto al pueblecito de
Madernia, había un paso a nivel contra cuya valla podría estrellarse, de no
moderar la marcha. Preocupado la voceé:
-
¡Frena!
Pero
ella me gritó a su vez:
-
¡No puedo! ¡No me puedo parar!
Pedaleé
con energía hasta alcanzarla y mientras nos deslizábamos emparejados a sesenta
kilómetros por hora, trataba de convencerla de que la palanca del freno no
estaba tan dura y que mediante un pequeño esfuerzo podría doblegarla. Inútil.
No era fuerza lo que le faltaba sino envergadura de mano; no podía alcanzar la
palanca sin soltar el puño. La Velox adquiría cada vez mayor velocidad y
yo ya imaginaba, tras la curva que divisaba al fondo de la carretera, las
portillas cerradas del paso a nivel y el topetazo inevitable… (…) Nervioso, a
medida que la curva se aproximaba, grité:
-Por
Dios bendito, ¡frena!
Pero
ella ya había perdido la moral:
-
¡No me puedo parar, no me puedo parar!
La
Velox se aceleraba y ante lo inevitable, alcé los ojos al cielo y pedí con
unción que el paso nivel estuviese abierto. Así fue en efecto, pero la Velox,
ligera como el viento, haciendo honor a su nombre, atravesó la vía como una
centella y no se detuvo hasta llegar a Santa Cruz, el pueblo inmediato, donde
al fin nos repusimos del susto.
(Texto de la obra “Mi querida bicicleta”)
MATEMÁTICAS
Seguir
realizando operaciones de suma, resta, multiplicación y división para que no se
os olviden. Y también podéis hacer algún problemilla.
Seguro
que conocéis un montón de páginas de internet donde practicar los contenidos
que hemos visto. Podéis consultar algunas de estas:
PLÁSTICA
Esta
actividad de plástica podéis hacerla con ceras blandas si las tenéis en casa;
en caso de no tenerlas se puede colorear con pinturas de plastidecor o pinturas
de madera.
Seguir
los pasos que se indican y seguro que os sale un cuadro cubista muy chulo. Las
instrucciones están en inglés, pero solo con ver los dibujos seréis capaces de
hacer lo que se indica.
¡PASAD UNAS DESCANSADAS Y MERECIDAS VACACIONES!
¡OJALÁ NOS VEAMOS A LA VUELTA!
Y si no... SIEMPRE NOS QUEDARÁ ESTE BLOG
¡QUE LA SUERTE OS ACOMPAÑE!
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